Es 17 de abril, Domingo Resurrección, más tráfico de lo normal pero muy contentas de poder explorar también fuera de Sevilla. Jerez es famosa por sus vinos, sus caballos, el flamenco y muchas cosas más, pero esta vez hemos preparado una visita corta, queremos tener tiempo de pasear por el centro, ver sus plazas e incluso tomar churros. Es una ciudad que vale la pena conocer. 

Ir a Cádiz es siempre una buena idea, su luz, su historia, sus calles. He leído que Cádiz es la ciudad más antigua de occidente, con más de 3.000 años de historia, fue fundada por los fenicios y es, como popularmente se dice, una “tacita de plata”. 

El autobús nos ha hecho un tour por todo el perímetro de la ciudad que es como un chupa-chups, una península unida a tierra por una larga carretera y al final una ciudad rodeada de agua, pequeña, orgullosa, alegre e importante. Hemos visto como edificios de antiguos cuarteles son ahora partes de la universidad, parques o teatros. Vimos la Plaza de España en obras, la Caleta, un drago que dicen que es milenario y la espalda de la Catedral casi al ladito del mar. Toda Cádiz es blanca y de colores pastel. Las casas de Cádiz tienen balcones con cierros de cristal, y muchas torres, quizás para vigilar por si llegaban piratas, 

Después del paseo en autobús, caminamos para perdernos por sus calles tan rectas y estrechitas. La plaza de las Flores, la calle Ancha, que es solo un poco más ancha que las otras,… Fue una suerte entrar en el Museo Arqueológico, es muy didáctico y te ayuda a entender la finura y grandeza del pasado. Andalucía le debe mucho a los fenicios, y por supuesto a Roma. Pudimos ver las tumbas fenicias y sus delicadas joyas. Las salas de Roma muestran los diferentes enterramientos y el comercio de aceite y plomo de la Península Ibérica a Roma. 

Después de esta bonita inmersión por la historia, nos fuimos a la Playa de la Victoria, comimos allí y tomamos el sol. No teníamos mucho tiempo porque queríamos volver al centro para ver la Catedral y subirnos a la torre, no pudimos hacerlo por la mañana porque había muchas celebraciones del día de Resurrección. Ver Cádiz desde la torre fue un regalo, tan bonita, tan blanca, y con la mirada en el mar.