El lunes 18 comenzó el curso de formación. No es un curso más, es un curso que tiene el objetivo de ser transformador. Para docentes que imparten idiomas la clave es ser efectivo, que las clases sean una herramienta de crecimiento personal y de aprendizaje real. Hay muchas personas que sienten que llevan años estudiando un idioma y que sin embargo no lo hablan, ¿por qué? Quizás con las mejores intenciones, el profesorado no tiene una aproximación amigable al cerebro, es decir, tener en cuenta cómo nuestro cerebro ha aprendido de forma natural nuestra lengua materna. Profundizaremos en esta idea para llevarla al aula, el objetivo no es quedarse en una mera aproximación teórica. Se trata de llegar al alumnado que aprende con este profesorado que ahora está con nosotros.

A las 17:30 quedamos en la Puerta de León, la entrada del Real Alcázar de Sevilla. Visitamos el Alcázar para ver un lugar emblemático, un entorno por el que Sevilla es Patrimonio de la Humanidad. En cada sala tratamos de entender la historia y la vida que había entre sus muros. Recorrimos la Edad Media paseando por el Palacio de Pedro I, del siglo XIV, construido al estilo mudéjar. Pero más antiguo aún es el palacio gótico construido por Alfonso X el sabio en el siglo XIII. Cuando ves estos palacios, te crea una confusión divertida en tu mente, ya que esperas que “lo musulmán” sea más antiguo que “lo cristiano” pero Pedro I, en medio de tantas guerras, tuvo un amigo muy especial, Muhammad V, el rey de Granada, constructor del famoso y bellísimo patio de los Leones de la Alhambra. Él le facilitó los expertos alarifes que construyeron este singular palacio. Quedaban aún por ver muchos espacios de este palacio en el que la vida de sus habitantes ha ido transformando siglo a siglo.

Después de pasear por los jardines teníamos los ojos llenitos de historia y belleza y así salimos a tomar algo por el centro.