La llegada y una sorpresa inesperada

Comienza la aventura. El 16 de abril llegan las Docentes de ELE para participar en el curso de Formación para profesorado de Español como Segunda Lengua – CAPDELE. Ocho personas de Finlandia y dos de la Martinica. Las profes de Finlandia participan en un programa KA210 Erasmus+ “Unidos por los idiomas”. Las de la Martinica tienen movilidades de Erasmus+. Estos programas europeos facilitan el encuentro entre personas de diferentes culturas que comparten objetivos comunes. Todas tienen ilusión, habrá mucho que ver, que aprender, que compartir.

Comienza una semana intensa, que se quiere vivir al máximo. Los primeros momentos de la llegada, conocer a las familias anfitrionas, acomodarse un poco y recibir las primeras indicaciones sobre el curso, todo muy seguido para salir esa tarde a pasear por el centro de la ciudad. Es Sábado Santo en Sevilla, y queremos aprovechar la oportunidad de ver algo de la Semana Santa.

Hemos andado desde la Puerta de Jerez, por la calle San Gregorio para llegar a la Puerta del León del Alcázar y allí ver la magnífica vista de los tres edificios que hacen de Sevilla Patrimonio de la Humanidad, el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias. Va a ser un reto moverse por las calles llenas de gente, pero el ambiente es fenomenal, hace sol y en diferentes partes del centro de Sevilla transcurren varias procesiones a la vez. Nos vamos parando y viendo, también sintiendo cómo los sevillanos viven estas celebraciones. Han pasado dos años sin ellas por la COVID y ahora parece que nadie se quiere perder las procesiones en las que hay miles de personas, unas participan como nazarenos y otras observan desde las aceras. Todos son protagonistas.

Hemos estado en la Avenida de la Constitución y en la Plaza San Francisco, y a veces nos tenemos que coger todas de la mano para no perdernos porque hay cada vez más gente. Vamos a cruzar la calle Sierpes para dirigirnos a la casa de una amiga que nos ha invitado, tiene un piso con vistas a la Campana, una plaza por donde pasan todas las cofradías, es un lugar perfecto para ver la Semana Santa. Algunas profesoras están cansadas, han llegado de un largo viaje, pero aún quedan fuerzas para dirigirnos al piso de nuestra amiga. Una vez allí, pasamos el resto de la tarde mirando desde la terraza, charlando y merendando. Vimos el atardecer en esa Sevilla inmersa en uno de sus grandes momentos. Una suerte poder disfrutarlo.